La culpa es de Peggy. Conocí a Peggy un verano de mucho calor. Vive recluida en un espacio de 15x10, entre hierbajos y una pequeña arboleda, que comparte con otros mamíferos. Por unas pocas monedas se la puede ir a visitar, lo difícil es llegar hasta ella. Me fascinó desde el primer día, sin embargo, ese no era el sentimiento que producía en sus cuidadores que parecían más bien molestos. Cuando algo se rompía, la culpa era de Peggy, cuando el agua estaba sucia, la culpa era de Peggy, cuando la comida escaseaba, la culpa era de Peggy, cuando los otros animales andaban alborotados... algo habrá hecho Peggy... Pobre Peggy. Peggy solamente es una jirafa traviesa, nada menos pero tampoco nada más. A nosotros los humanos nos sucede algo parecido, hacemos con los demás lo mismo que hacían con Peggy: les echamos las culpas que nos sobran. ¿Tenemos alguna otra opción para dejar de sentirnos culpables que no sea cargarle las culpas a otro? ¿Qué podemos hacer con e