PSICÓPATAS DE ANDAR POR CASA
Todos pensamos que somos distintos los unos a los otros, y esto es cierto, pero no es menos verdad que si nos podemos entender es precisamente porque compartimos similitudes por el mero hecho de ser humanos. ¿Pero qué sucede cuando lo único que nos une a otro individuo es la mera apariencia humana? Imagine que usted escarba un poco más allá de esta superficial envoltura y empieza a descubrir aspectos que no podría sospechar nunca antes. Usted un buen día se encuentra con uno de estos sujetos en su trabajo, o tal vez lleva años conviviendo con él en su misma familia, es su padre o su cuñado o su marido y a la luz de este hallazgo usted de golpe comprende la realidad vivida hasta ahora en esa relación, lo entiende en un chispazo,... ¡plas! Y ya nada vuelve a ser igual en su mente. ¿Pero de qué estoy hablando? ¿Qué es eso que usted ha descubierto en esa persona? Usted se percata de que en esa interacción personal hay una carga añadida artificiosa, impostada, a