COMUNIQUE AL MUNDO LO QUE NECESITA

¿En cuantas ocasiones usted se ha enfadado con alguien porque éste no satisfacía sus necesidades presintiéndolas exactamente?
Creemos que los demás por el simple hecho de conocernos, o de vivir junto a nosotros, por el mismo compartir el paso del tiempo, han de adivinar aquello que necesitamos. Y cuando no lo hacen, se lo reprochamos y nos enojamos con ellos.
Nuestro prójimo no tiene por qué adivinar nuestras necesidades, no tiene por qué elucubrar hipótesis con aquello que podemos estar pensando. No son brujos con poderes sobrenaturales para ver lo que está sucediendo en nuestro interior. Esperar esto de ellos, es esperar de más.
Desengáñese, mejor, y en vez de esperar egocéntricamente que las otras personas, su esposo, su hijo, su amigo de toda la vida,... profeticen lo que usted desea para hacer cuanto esté en su mano para cumplirlo, repare en lo presuntuoso de estas esperanzas. Y piense, que si fuera efectivamente así, ellos también esperarían esa conducta de usted.
Si lo que ansía es mantener unas relaciones saludables, comunique en ellas lo que necesita. Y hágalo genuinamente, desertando de la tentativa de inclinar la voluntad de nadie. Muestre abiertamente quién es, enseñe sus preferencias sin intentar imponerlas.
De cualquier modo, no las silencie.
¿Por qué?
Porque si se calla se enfadará más al comprobar como  los demás no contemplan lo que usted precisa. Pero es que si no lo explica, es casi imposible que lo hagan.
No sea ratón y se retraiga. Ni león y se abalance sobre nadie.
Sea persona y exprésese.
Si toma el hábito de hacerlo, verá como con el pasar de los días usted va renovando su confianza en sí mismo, y por extensión en los demás.
Aproveche la ocasión y dígale a su mujer lo que espera de ella respecto a su nuevo trabajo o comuníquele a su cuñado que desea que le ayude en el traslado de vivienda en vez de esperar a que él lo adivine y enfadarse porque no sea capaz de anticiparlo.
No riña a su hija sin darle ninguna explicación. Mejor, dígale las emociones que le embargan cuando ella no cuenta con usted al enfrentar los problemas.
Cuando se siente en una de aquellas interminables reuniones junto a seis o siete personas más no dé su parte por supuesta, por mucho que usted piense que conoce a sus colegas. Si lo hace es muy posible que acabe indignado porque crea que están pisoteando sus expectativas. ¿Cómo conocerlas si no las apunta?
Ellos no tienen por qué adivinarlas.
Converse abiertamente exponiéndoles su punto de vista y lo que espera exactamente de cada uno de ellos desde las preferencias, nunca desde la exigencia ya que esto tensaría hasta quebrar la comunicación.
No se calle, no grite. Comunique al mundo lo que necesita.