LA VERDAD OFICIAL Y LA REALIDAD QUE SE PADECE

"En la profundidad de la mentira siempre hay algo perverso".  


No se están contando los muertos reales en esta pandemia. 
Si una persona fallece en su casa esperando que le hagan el test o en el desamparo en que las instituciones han dejado a las residencias no se cuenta. 

Es como decir que esas muertes no se han dado, como si esas vidas carecieran de valor y ni siquiera suman. De este modo, se convierten en víctimas que intentan ser ocultadas porque el dato descubre una realidad fea que no interesa al poder. No me importa que éste sea de la derecha o la izquierda, solamente expongo.


Desde lo más profundo de nuestro corazón emerge un dolor punzante y sin solución puesto que se quiere echar tierra sobre los muertos, para que en el olvido de su reconocimiento, no escuchemos el silencio atronador desde el que se revuelven en sus tumbas.


No son números, son personas que han fallecido pero es preciso que conozcamos su cifra auténtica para tener una imagen real de la verdadera dimensión de la situación que tenemos delante. Sólo así estaremos preparados para acompañar al gran número de familias que lloran a su ser querido, sólo así podremos tomar verdadera consciencia y ver. 


Necesitamos ver, la solidaridad de nuestros semejantes con la que contamos sin duda y eso es un gran hallazgo, ciertamente, pero también ver el drama que se destapa detrás de estas personas cuya muerte por la inoperancia e incompetencia de los gobiernos -a todos los niveles- no puede quedar acallada.