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Mostrando entradas de septiembre, 2018

LAS ESPERANZAS DE TODO A 100

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Gran parte de nuestra infelicidad proviene de lo que esperamos de las situaciones en las que nos implicamos. Creemos que todo ha de ir conforme hemos previsto, y si esto no sucede así, nos enojamos. El problema de esta actitud radica en que es demasiado inflexible respecto a cómo la vida transcurre realmente. Las cosas pueden ocurrir tal cual hemos señalado, o de una manera contraria y paradójica. Querer no es poder. La volición no lo consigue todo. La realidad es bastante tozuda y usted no puede medir tres metros de altura por mucho que ponga en ello todo su empeño. Es preciso poner luz sobre nuestros excesivos deseos con los que intentamos subyugar las cosas. Convertir en un absoluto irrefutable que se ha de cumplir sí o sí porque uno lo quiere o le viene bien es parecido a intoxicarse con su propio pensamiento. Obviamente, es más saludable, y soporta mejor cualquier prueba de realidad, el desarrollar la inclinación a que  las circunstancias sean como uno ansía pero s

PERLAS

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Decía Madeleine L'Engle que: "El verdadero optimismo  sólo brilla en las tragedias".

CUANDO NUESTRA MENTE NOS HACE INFELICES

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En la vida nos encantan algunas cosas mientras que otras nos desagradan. Por ejemplo, nos gusta nuestra casa, no está mal pero nos parece que no se acaba de adaptar a lo que queríamos.  Es demasiado pequeña, o demasiado fría, o demasiado alejada del centro, o no tiene apenas jardín, o le falta una habitación o la cocina es demasiado angosta. Está bien, sí, pero no es la mejor ni alcanza todo lo que puede imaginar nuestras expectativas y por tanto quedamos insatisfechos a la espera de que aparezca una oportunidad para cambiar de domicilio y comprar otra mejor.  Lo mismo sucede con nuestra propia vida. Queremos ser los más guapos, los más ricos, los más inteligentes, los más simpáticos, los más virtuosos, los más envidiados,  y por ello nos criticamos mucho en nuestro fuero interno, cuando nadie nos ve si no lo logramos. Tomamos la medida de lo que somos, o de lo que "deberíamos" ser mediante esas milongas de lo que nos hemos creído o nos han querido vender. Nuestr