LAS ESPERANZAS DE TODO A 100
Gran parte de nuestra infelicidad proviene de lo que esperamos de las situaciones en las que nos implicamos. Creemos que todo ha de ir conforme hemos previsto, y si esto no sucede así, nos enojamos. El problema de esta actitud radica en que es demasiado inflexible respecto a cómo la vida transcurre realmente. Las cosas pueden ocurrir tal cual hemos señalado, o de una manera contraria y paradójica. Querer no es poder. La volición no lo consigue todo. La realidad es bastante tozuda y usted no puede medir tres metros de altura por mucho que ponga en ello todo su empeño. Es preciso poner luz sobre nuestros excesivos deseos con los que intentamos subyugar las cosas. Convertir en un absoluto irrefutable que se ha de cumplir sí o sí porque uno lo quiere o le viene bien es parecido a intoxicarse con su propio pensamiento. Obviamente, es más saludable, y soporta mejor cualquier prueba de realidad, el desarrollar la inclinación a que las circunstancias sean como uno ansía pero s