LOS SUEÑOS A DOS

Todos los seres humanos soñamos.
En esta ocasión, hablaremos de los sueños que tenemos en estado de vigilia,con los ojos abiertos, de aquellos que perseguimos denodadamente en la promesa de que serán la semilla de la felicidad futura.

Abordaremos cómo nos impactamos con ellos los unos a los otros. En este caso, veremos cómo inciden en el mundo de la pareja ya que pueden cohesionarla o distanciarla.

Hay parejas que rivalizan entre sí los sueños del uno con los del otro, para estar un palmo más arriba, en una lucha de poder continua. Necesitan sobresalir para darse cuenta de que son alguien. Han puesto su valía en "cosas" y se han desprovisto de su propio valor. 
Esta competición feroz se automantiene porque les despista del verdadero conflicto oculto, que es una autoestima herida y baja. ¿Cómo darse a otro si no se tienen a sí mismos? ¿Cómo exponerse y mostrarse en la humanidad de su vulnerabilidad si no la aceptan?

Hay otras que quedan fagocitadas por su par. Son aquellas en las que uno se funde con el sueño del otro hasta confundirse completamente en él. Lo abandonan todo, incluso sus propios anhelos, en una dependencia que los conduce a un ostracismo sin nombre, de modo que fuera ese sueño sienten que no son nadie. Es un sacrificio en vida al que se llega por una confusión de conceptos. El amor no es sacrificio, no exige una inmolación, sino entrega. Para amar a alguien no hay que destruirse a sí mismo. El problema en este exceso es un defecto, una carestía de amor hacia uno mismo.

Y finalmente, hay otras parejas que comparten sueños que los unen con lazos que no se ven. Y en tanto que son individuos también tienen su propio soñar. Y en él, los sueños del otro se respetan y apoyan porque entienden que lo que uno es también se refleja en su soñar. Así, dan un paso más de sí e incorporan el sueño del otro en suspropios sueños. Este par se sentirá alentado a seguir, animado a no perder la ilusión de que el esfuerzo da frutos, empujado a dar lo mejor de sí, a intentar ser lo que en potencia uno es. Ello fortalece a la pareja, el sentirse validado, sin duda. La indiferencia, el silencio de mármol, el no sintonizarse con el sueño del otro, el vivir para sí mismo, contrariamente a todo esto actúa como un óxido que sólo precisa tiempo para corroerla y destruirla.

Por otra parte, como en todo los asuntos humanos, el tiempo es el gran decidor y dirá de algunos de estos sueños que fueron triviales, desmesurados, infantiles o irreales. No importa tanto, pues habrán servido para sobrellevar cuestas y saltar abismos, para cruzar desiertos monótonos, para ver la belleza en las que cosas que emerge desde dentro o sencillamente para darse una vuelta y salir un poco de uno mismo. 

El amor y los sueños a dos han de sacar lo mejor nuestro, incluso sabiendo que hay límites.

Por María José Pozo